Cómo aprender a seguir tu intuición, leer tu energía y tomar decisiones desde tu vibración.
En 5 minutos descubrirás:
- Por qué vivir ignorando tus sensaciones internas te mantiene atrapado en decisiones que no son tuyas.
- Cómo identificar lo que te expande y lo que te contrae, para empezar a actuar desde tu energía.
- Una práctica simple para tomar decisiones más alineadas contigo y dejar de vivir en automático.
Tu intuición no grita. Susurra.
Y susurra en forma de sensaciones: una ligereza en el pecho, una opresión en el estómago, una calma que no sabes explicar.
Si quieres tomar mejores decisiones, empieza por escuchar eso.
Antes de decir “sí” a algo, prueba esto:
👉 ¿Esto me da ligereza o me pesa?
👉 ¿Se siente como expansión o como cierre?
No necesitas argumentos. Solo sentirlo.
Ahí es donde empieza el verdadero arte de leer tu energía.
¿Te ha pasado que todo se ve bien por fuera… pero por dentro algo no encaja?
Dices “sí” porque suena lógico.
Porque te dijeron que era una gran oportunidad.
Porque ya habías invertido tiempo.
Porque da miedo decir que no.
Y entonces ahí estás: en esa cita donde no te sientes tú.
En ese trabajo donde cuentas los minutos.
En ese proyecto que cada vez te pesa más.
Por fuera todo parece correcto.
Pero por dentro… tu cuerpo se tensa, el estómago se cierra, la paz desaparece.
Y aun así sigues.
Porque has aprendido a no hacerle caso a tu energía.
A desconectarte de lo que sientes con tal de no decepcionar a nadie.
Pero, ¿y tú?
¿Cuánto más vas a ignorarte a ti mismo solo por seguir encajando?
Y si dejaras de encajar… para empezar a pertenecer a ti
Imagina que ya no necesitas forzarte a planes que no te emocionan.
Que dejas de decir que sí a proyectos que te drenan solo porque “sería un desperdicio no aprovechar la oportunidad”.
Empiezas a moverte distinto:
Eliges con calma.
Actúas desde lo que te expande, no desde lo que te conviene.
Te alejas de contextos que antes tolerabas solo por costumbre.
Y, de pronto, tus días se sienten más ligeros.
No porque todo sea perfecto, sino porque cada decisión te lleva un poco más hacia ti.
Dejas de actuar para encajar.
Y empiezas a actuar para habitarte.
Y desde ahí, la vida empieza a sentirse como tuya de verdad.
Ese tipo de claridad no es casualidad, se puede cultivar
No es que algunas personas “tienen suerte” o nacieron con una intuición especial.
Es que aprendieron a escucharse. A pausar. A observar sus propias señales internas con respeto.
Y tú también puedes hacerlo.
No necesitas un gran cambio externo.
Solo una decisión: empezar a prestarte atención de verdad.
Cada vez que eliges actuar desde lo que sientes, en lugar de lo que se espera, se fortalece tu brújula interna.
Y cuanto más la sigues, más sencillo se vuelve el camino.
No porque deje de haber obstáculos, sino porque ahora sabes hacia dónde no volver.
La claridad no es un regalo. Es una práctica. Y está disponible para ti.
Cuando te guías por tu expansión, dejas de buscar validación
Porque ya no necesitas que alguien más te diga que vas bien.
Tú lo sientes. Lo sabes. Lo reconoces en tu cuerpo, en tu energía, en tu paz.
Actuar desde la expansión te da una brújula que no depende del aplauso externo.
Y eso cambia todo.
Empiezas a moverte no por obligación, sino por convicción.
A elegir desde lo que te enciende, no desde lo que “toca” hacer.
Cuando sigues lo que te expande, tus decisiones se vuelven más ligeras.
Tu energía dura más. Tu enfoque se aclara.
Y dejas de buscar afuera la seguridad que ya tienes dentro.
No es egoísmo. Es conciencia.
Porque cuando tú estás en tu centro, todo lo que tocas se alinea también.
Este es el camino para tomar decisiones desde tu energía
No necesitas rituales complejos ni esperar a tener todas las respuestas. Solo necesitas empezar a prestar atención a cómo te sientes antes de actuar.
Aquí tienes una práctica sencilla que puedes usar cada vez que tengas que tomar una decisión:
Pausa. Antes de responder, decir que sí o comprometerte, detente. Respira.
Siente. Pregúntate: ¿Esto me da ligereza o me pesa? ¿Me expande o me contrae?
Observa tu cuerpo. ¿Hay calma o tensión? ¿Se abre el pecho o se cierra el estómago?
Confía. Si lo que sientes es expansión, hay dirección. Si es contracción, tal vez no es el momento o no es el camino.
Actúa en coherencia. Aunque dé miedo. Aunque no tenga sentido para los demás. Lo que te expande te sostiene.
No siempre es cómodo. Pero es claro.
Y esa claridad es más valiosa que cualquier aprobación externa.
Gracia por el artículo me es de ayuda, soy una persona que muchas veces dice aunque debiera ser un no. Pero esto me ayudará, gracias, gracias, gracias